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LAS ENVOLVENTES DE LOS EDIFICIOS Y LA SOSTENIBILIDAD


LAS ENVOLVENTES DE LOS EDIFICIOS Y LA SOSTENIBILIDAD

1. Existen diversas razones por las cuales se construyen pocos ejemplares de superficies captoras en concreto y arquitectura sostenible en general.
    La primera es la poca demanda actual en nuestro país, comparada con otros países europeos donde los gobiernos se han implicado en sensibilizar a los ciudadanos, véase el ejemplo de Alemania que ha alcanzado una reducción del 19,1% de las emisiones de los gases de efecto invernadero entre el periodo 1990 i 2000 . Por desgracia en España estamos a años luz ya que     ni siquiera se está cumpliendo el Protocolo de Kyoto en cuanto a estos gases.

    Otra razón es la poca conciencia por parte de muchos arquitectos sobre los temas de captación solar en concreto y por los temas medioambientales en la arquitectura, cuando lamentablemente la edificación es responsable del  42% del consumo energético europeo , por poner un ejemplo.

    Y la tercera por un cierto sobre coste inicial que se reduce enormemente cuando nos alejamos de los productos exclusivamente tecnológicos y adoptamos sistemas pasivos, tanto en la captación solar como de otra índole (incremento de la inercia térmica y del aislamiento, ventilación natural, etc.) . Actualmente nos encontramos en una sociedad de consumo que prima la tecnología aplicada a la arquitectura más que a la arquitectura misma, desaprovechándose la gran cantidad de recursos que tiene para responder a las muchas exigencias medioambientales.

2. La fachada que nos gustaría hacer y la arquitectura en general es aquella que fuese capaz de proporcionar la energía necesaria para un edificio energéticamente autónomo, lo cual, requiere una considerable superficie  captora para calefacción y para la producción de energía eléctrica, así como un grosor de aislamiento considerable . En definitiva, se trata de un tema de presupuesto inicial con un periodo de amortización más o menos largo en  función de los sistemas predominantes escogidos.

3. El aprovechamiento de la cubierta o su tratamiento como jardín no es un invento nuevo: tradicionalmente en los países mediterráneos siempre se ha utilizado la azotea para usos domésticos y el propio arquitecto Le Corbusier ya propuso en su arquitectura los “jardines suspendidos”.
    El uso colectivo tiene sus raíces en la cultura pero también en el nivel económico de la sociedad misma. Actualmente los países desarrollado gozan de un buen nivel económico, con lo cual, cada individuo puede resolver de manera autónoma sus necesidades en muchas cuestiones (“yo tengo mi propio jardín, yo tengo mi propia piscina, yo tengo mi propio     coche”, etc.). Además el uso colectivo implica un sobre coste de mantenimiento comunitario que nadie quiere asumir. Ni los usuarios, ni los promotores públicos y privados quieren hacerlo. Así, cuanto más rica es una sociedad más tiende a individualizarse y menor es la necesidad de compartir determinados usos. Puede decirse que una sociedad altamente     individualizada puede generar una sociedad poco sostenible.

    En cuanto a las cubiertas ajardinadas existen también otras razones. Su aplicación en los edificios existentes es complicada porque no se ha tenido  en cuenta la sobrecarga de este tipo de cubiertas y, por lo tanto, es difícilmente asumible por la estructura sin perder los márgenes de seguridad. En el caso de los de nueva construcción, su poca implantación es debido a las razones anteriormente expuestas: a un sobre coste inicial y al posterior mantenimiento. Es obvio que cuanto mayor sea la demanda,  mayor será la oferta y más ajustados los precios por parte de las empresas del sector.

    Valdría la pena hacer un esfuerzo por recuperar estos espacios ya que representaría una nueva lectura del espacio ciudadano, un gran beneficio medio ambiental, y también una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

4. Es verdad que se han hecho grandes avances en la normativa medioambiental, si bien, sería necesario que ésta obedeciese a una  estrategia de conjunto.

    En este sentido, una vez más, se ha perdido una gran oportunidad en la pronta aprobación del Código Técnico de la Edificación ya que hubiese sido muy positivo introducir el concepto de certificación medioambiental también obligatoria.

    Por poner otros ejemplos de la falta de coordinación general, cómo se puede pensar en la captación solar pasiva o en la refrigeración mediante ventilación natural cruzada si el Decreto de Habitabilidad 28/1999 de la Generalitat establece unos mínimos de calidad, incluida la iluminación y la ventilación, que difícilmente pueden favorecer la cualidad medioambiental de los edificios. O cuando la Ley de Urbanismo 2/2002 de la Generalitat dispone los mecanismos medioambientales en el planeamiento urbanístico de una  manera muy vaga.

5. La aparición de la Ley de la Ordenación de la Edificación (L.O.E.) ha implicado la obligatoriedad de un seguro en las viviendas. Este seguro ha comportado una distorsión que a la larga puede ser grave para el avance tecnológico en la edificación: las compañías aseguradoras no quieren ningún tipo de riesgo y están poniendo trabas en muchos casos a cualquier tipo de innovación arquitectónica y constructiva. Esta situación era más que     previsible dado el carácter conservador de estas compañías, las cuales están sujetas a las leyes del mercado.

    Lo lógico hubiese sido establecer un sistema vinculado a la Ley que “dotara a nuestros institutos de investigación y a nuestras universidades de amplios recursos, para que fueran estas instituciones las que, de acuerdo con su función social, hiciesen de laboratorio experimental y nos facilitasen a los profesionales el resultado de su trabajo y así”, los arquitectos, “poder  también realizar mejor nuestra función social”.

     Las leyes son necesarias ya que deben resolver situaciones conflictivas, pero nunca, impedir la capacidad creativa y tecnológica de la arquitectura, debiéndose incorporar los mecanismos adecuados para asumir su  complejidad como disciplina de larguísima tradición histórica y sobre todo, si además debe de responder a las solicitaciones medioambientales      crecientes de la sociedad.

Fidela Frutos Schwöbel
Josep Maria Sanmartín Burgués